El camino se presentaba difícil para afrontarlo sola si no era lo suficiente fuerte
Entendió que el príncipe jamás aparecería, y aún menos si no era tan hermosa como aquellas princesas, y eso le decía su reflejo
<<¿Por qué?>> Se preguntaba ella. Por qué lo que veía no era lo que sentía.
<<¿Por qué?>> Gritaba.
<<¿Por qué?>> Jadeó ante el espejo antes de golpearlo con el puño y partirlo en mil pedazos que se esparcieron a su alrededor, se dejo caer de rodillas y observó su puño ensangrentado, cogió un pedazo de cristal y observó su rostro lleno de lágrimas por última vez.
Y vio el reflejo de la sangre que brotaba de su muñeca, esparciéndose e inundando su propio palacio de cristales.
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© 2012 Mel Köiv Todos los derechos reservados
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